Encontrando el verdadero amor por descarte

Pensaba recientemente que mi afinación en la función –mi hacer-, a lo largo de mi historia se ha dado por descarte. Las elecciones, en un principio fueron hechas desde ese lugar que buscaba cómo tener más. No tenía ni idea que podía elegirse desde cómo ser mejor persona o más feliz.

Hoy al escuchar a un colega, redondeé ese click. Él contaba que en su etapa final de colegio, siendo un apasionado por la música, es interpelado por su padre sobre qué iba a estudiar en la universidad, y este –entonces- muchacho dice tan natural y genuinamente “pues música!” Y el cuento termina en que el músico wannabe persuadido por su padre, termina estudiando ingeniería civil, “porque si no, de qué iba a vivir”. Me impactó que tuviera tan clara su pasión siendo tan joven.

Es así como en mi haber de descubrimientos propios, me doy cuenta que desde pequeñita fui muy ‘adulta’. No estoy hablando de madurez.  Hay muchos adultos que no necesariamente son (somos?) maduros… Me refiero a la adultez como ese estado en el que uno ha olvidado completamente la inocencia, la esencia divina y la magnificencia de nuestra alma, al haberse impregnado de las creencias limitantes y miedos aprendidos en nuestro entorno, y que terminan materializándose en esos pensamientos del ‘deber ser’ de una persona en este mundo.

Recuerdo que cuando estaba a punto de graduarme del colegio, y yo misma me preguntaba qué quería estudiar, no tuve duda alguna de que sería algo que estuviera ‘en auge’ y en lo que pudiera aplicar mi más clara –aparentemente- habilidad: los números. Evidentemente, buscaba dónde podía ganar plata, punto. Fue así como dije, una ingeniería, y apliqué a ingeniería de sistemas. Para ser franca, si en ese momento me hubieran preguntado, qué te apasiona –en términos de la función-, no habría tenido la más remota idea!!!

En tercer semestre, me di cuenta que mi vida sería insufrible si tenía que estar programando durante toda ésta, y decidí cambiar de carrera. De nuevo, aún dentro del marco según el cual yo misma me exigía que siguiera por el lado de los números, elegí ingeniería industrial por descarte (Ingeniería civil? Obras? Nooooo, mecánica? Máquinas, noooo. Eléctrica, menos! Todas muy ‘masculinas’ además!!)… Así, ingeniería industrial! una carrera enfocada hacia los negocios, con una amplia variedad de opciones que me permitiera luego ir definiendo –también por descarte- mi especialidad. Fue así como dije, producción, nooo, mercadeo, nooo, producción agropecuaria, el campo no es lo mío!… y dije ok, sigamos con los números, empecé con modelos matemáticos, y terminé trabajando en finanzas… Ciertamente todo eso me mantenía en esa zona de confort de lo que yo sabía hacer: números.

Fue en la universidad propiamente dicha, donde empecé a conocerme realmente a mí misma. Por ejemplo, en desarrollo de mi habilidad con los números, fui monitora de Estadística.  Y si bien, inicialmente decidí dar una monitoría buscando un ingreso extra a la mesada de papá, sí me encontré con algo que me encanta: enseñar, explicar, compartir conocimiento y experiencias. Esas monitorías me llenaron de grandísima satisfacción, esa que viene del deber cumplido, y del que muchos reconocieran y agradecieran cuánto fue de ayuda en su aprendizaje, mi apoyo.

Otra cosa que descubrí de mí, en la universidad, a través de las rumbas, y específicamente de los karaokes, fue no solo que yo disfrutaba cantar, sino que tenía buena voz! Esta afirmación está soportada en el hecho de que en un par de ocasiones por cuenta de mi actuación, nuestra mesa se ganó una botella de ron por parte del bar.

Yo había estudiado en un colegio de monjas. Conservadoras en extremo, inflexibles y retrógradas. Nuestra aversión era mutua, así es que por el colegio no tengo un gran afecto, pero sí, agradecimiento, principalmente porque su aporte en términos académicos, fue el gran activo que me permitió acceder a la institución educativa que a la fecha, sigue siendo mi gran amor: la universidad.

Así, como siempre fui rebelde, bromista, burlona y me gustaba ser centro de atención… en el coro del colegio nunca sobresalí, porque realmente yo estaba enfocada en impostar la voz,  cantar con gallos, o fingir desmayos en los conciertos, sólo porque mi interés estaba en hacer morir de risa a mis compañeras!

Finalmente, pero no el menos importante de los descubrimientos de mis pasiones, tuvo lugar, ciertamente, hace sólo algunos años.

En la universidad yo tenía buenas calificaciones cuando de escribir ensayos se trataba, posteriormente en el trabajo era reconocida mi calidad para escribir oficios y propuestas, e incluso, en el Master que estudié que era en inglés, siempre tenía muy buenas calificaciones cuando de cosas escritas se trataba.

Pero fue tras leer el texto que escribí para honrar la memoria de mi padre (Un Caballero) en la misa de su funeral, cuando todo el mundo tuvo que ver con aquél; donde realmente se me reveló cuánto disfruto y amo escribir. Evidentemente el texto tenía una carga emotiva muy fuerte, y es probable que esa haya sido la carta más sentida y genuinamente escrita desde mi corazón, porque al plasmar el enorme y puro amor por mi padre, está desprovista de los apasionamientos, visos de ego, miedos, posesividades, etc. que pueden tener las cartas de amor que he escrito…Así es que mi entendimiento en un nivel profundo es que amo escribir con propósito…Esa vez toqué las almas de quienes amaron a mi papá, e incluso de quienes me aman a mí…Y hoy disfruto de abrir mi alma, para tocar otras.

Hoy desarrollo una actividad ajena a las finanzas, a los números, donde juego uno de los roles que me gustan de mi verdadero yo: enseñar, sobre buenos hábitos de salud y bienestar y compartir con quienes se unen a mi equipo de trabajo, sobre mi experiencia desarrollando esta actividad.

Los desafíos encontrados en desarrollo de este proyecto, me han permitido conocerme más, y uno de los vehículos para ello, ha sido a través de la escritura. Sí, probablemente en muchos casos escribo más para mí misma, para entenderme, para liberarme, para hacer catarsis… pero sé que también han sido escritos en los que otros se han reflejado, se han conmovido, se han recordado, se han repelido! y un reflejo siempre es bueno, para acomodarse algo desacomodado, o simplemente para decirse, estoy regio, o ummm hay gente más loca que yo! jeje

Siento que en relación con la escritura, vivo un proceso del que solo apenas me estoy haciendo consciente. Consciente de cuánto me gusta y de cuánto quisiera aportar a través de ésta.

Cada vez me es más claro, que nunca es tarde para encontrar un verdadero amor… Veinticinco años después de haber elegido en mi ‘adulta’ cabeza que estudiaría ingeniería, hoy en desarrollo de un permanente aprendizaje de mi misma y de la vida, vivo un delicioso romance con mis roles (i) de enseñar y asesorar a la gente sobre bienestar y (ii) de escribir –por ahora- a través de este espacio, para al expandir mi esencia, reflejarnos y recordar que hacemos parte de esa Unidad que es todo lo que es, Dios, o como lo quieran llamar… Gracias porque al leerme me permiten expandir mi esencia, y por ende la suya…Gracias porque estoy entendiendo que primero hay que ser, para hacer y luego el tener viene por añadidura.

Y usted? Siempre ha estado de romance en su hacer?

Acerca de princesschichina

Estoy en mis early-40’s, y por lo pronto pretendo –pues no siempre me resulta fácil ponerlo en práctica- vivir tranquila con mis concepciones de la vida, la función, las relaciones y el amor; concepciones que siento que al afinar y alinear más con mi verdadera esencia, cada vez se parecen menos a las de la gran mayoría de la gente. Rebelde desde siempre. Sin embargo también he visto que cada vez son más, aquellos que empiezan a pensar de una manera más crítica el propósito de su vida en este mundo. Podría decirse que hago parte de un grupo de la población que la 'masa' llamaría 'raro'. Nunca me he casado, y renuncié hace algunos años a una exitosa carrera corporativa en el mundo de las finanzas, para dedicarme a construir un proyecto empresarial en el área del Bienestar. En la función, un giro de ciento ochenta grados originado en un deseo de independencia que desencadenó en una intensa y apasionada búsqueda de libertad en todos los aspectos de la vida. En el amor, soltera, por romántica empedernida. No me voy a transar sino por lo que siempre he soñado. Adentrarme en estos caminos ha exigido grandes desafíos, entre otros, porque me ha tocado buscar paz y equilibrio en el bamboleo de cómo me he movido en este mundo: un sibarita en su búsqueda espiritual! Todo esto ha significado un proceso -vivido con mucha intensidad- de buscar más conscientemente lo que realmente soy en la esencia. Este blog busca compartir ideas y sentimientos en relación con todas estas vivencias, donde sin duda muchos se verán identificados.
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7 respuestas a Encontrando el verdadero amor por descarte

  1. María José arango dijo:

    Buenísimo

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  2. Juan Manuel Acuña dijo:

    Hola Diana, que casualidad estos días he estado pensando mucho en este tema, pensaba por qué estudié ingeniería? obviamente la influencia familiar es tenaz! pero yendo más allá, creo que me gusta, es super útil, pero mi pasión definitivamente es otra, que afortunadamente gracias la U logré explorar. Pero pensaba esto más enfocado en mi hijo mayor, pensaba que en el colegio no logré entender qué me gustaba y qué no, y trataba de recordar si en el colegio tenía las herramientas para darme cuenta de esto. Y la verdad no sé, hay gente que la tiene muy clara desde pequeño, pero otra no, y con respecto a mi hijo que todavía le falta mucho para escoger carrera ahí sigo con la duda…

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    • Hola querido Juan! sí, ciertamente es en el colegio donde se refuerzan esas creencias del ‘deber ser’ del que hablaba, creencias cuyo principal origen está en casa. La educación desde ese nivel escolar debería incluir (i) temas como el éxito, que como todos sabemos no está relacionado ni con los títulos, ni con las cuentas bancarias y (ii) apoyo sicológico que propenda por una revisión de cómo están interactuando los niños en relación con estos temas. Recientemente leí que en muchos casos el tema de bullying en el colegio está vinculado con el estatus social y con esa definición subjetiva de ‘ganadores’ y ‘perdedores’.

      Qué oportuno su cuestionamiento, porque está en sus manos hoy transmitirle a su hijo que el éxito es una medida muy personal de la satisfacción del ser y que valor es distinto a riqueza. Creo que el tema de las pasiones puede aclararse un poco bajo esa perspectiva, y la forma más sincera y coherente de transmitírselo a su hijo es a través de su propio sentimiento hacia su éxito…

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  3. Gloria Isabel Pabón dijo:

    Diana: Una de las carencias de la educación actual es la falta de orientación profesional teniendo en cuenta las potencialidades aptitudes, actitudes y gustos de cada persona, esto unido al imperativo del «deber ser» venido desde la familia y luego desde la escuela.: la competitividad, el consumismo, el poder del metal, etc.
    Y me alegra que escribiendo hayas descubierto que escribir es tu pasión. La escritura es catártica y es
    una manera para encontrarse y reencontrarse.

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    • Glorita, escribir es una de mis principales formas de meditación. Escribir con el propósito de que la educación incorporara este tipo de temas en sus programas, sería un propósito muy noble! creo que vale la pena darle forma a esa intención.

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  4. Germán Infante dijo:

    WOW!! Totalmente impresionado Dianita. ¡Tremenda habilidad para escribir la que tienes! ¡Me declaro como tu nuevo fan! 😉
    ¡Abrazos y bendiciones!

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