Obituario o Sin miedo a la muerte

El otro día veía un video que se llama How to quit your life (and reboot)- Cómo renunciar a su vida (y reiniciar). El espíritu del video invita a que uno le invierta tiempo y energía al verdadero Propósito de nuestra vida, a entender y hacer lo que de verdad nos importa, lo que realmente nos trae a la vida.

Una de las cosas que recomendaba la oradora era que hiciésemos el test del obituario, para revisar qué tanto estamos hoy on track-por buen camino.

De eso se trata este post…

Diana Muñoz no tenía miedo a la muerte… tenía claro que se muere a diario, a cada segundo. Por eso eran un ser arriesgado, en todas las áreas de su vida. Luchó por lo que soñaba, fue perseverante en todos los propósitos trazados. En su arrojo, era un ser apasionado, y su intrepidez le hizo caerse varias veces, darse duros golpes, pero se levantaba una y otra vez, como si nada.

Si uno quisiera caracterizarla con un único rol, y a través del cual brillaba sin duda alguna, diría que fue el rol de amante…. Una amante del amor. Le encantaba usar esa palabra sobre sus relaciones románticas, porque recogía la esencia de éstas. Ninguna otra palabra, -novia, pareja o esposa- incluía el verdadero espíritu de la relación como siempre la ofreció… Amante de amarse! Decía! Se entregó en cuerpo y alma, dejando todo en el campo de batalla, arriesgándose incluso a morir… como efectivamente lo hizo varias veces… Amores trascendentales y exuberantes, incluido el último, el más tranquilo, por los profundos cimientos cavados sobre la claridad de saber que se trataba de construir un vínculo en Dios…

En su anhelo por conocerlo -a Dios-, fue amante de su permanente búsqueda propia, anhelaba entender el profundo significado de la vida en este mundo, por eso vivía en continua auto-inquisición. No comía entero, sobre cómo se vive la vida. Eso la hacía muy densa, como dirían algunos, profunda otros, o egocentrista otros pocos… Sin embargo, conforme pasaban los años, su entendimiento y auto conocimiento la llevaron a sentirse con gran paz interior…

En su rol de amante del amor, idolatró a sus padres, quienes fueron su gran referencia de pareja y -dados sus inicios difíciles- su gran inspiración de pujanza y éxito en la vida. Fueron éstas las bases para su eterna creencia de que todo era posible en la vida… incluso el casarse enamorado y permanecer así, “hasta que la muerte los separe”…

Adoró a su gran tesoro -sus amigas y amigos-, porque probablemente con ellos era la más genuina de las Dianas.  Compartir con ellos la hacía brillar, y a ellos a veces sonrojar… cómo les alegró la vida con cada historia contada! inspiraba su forjada sabiduría y su humanidad, la placidez de su imperfección. Estuvo dispuesta a ayudar en lo que fuera, y a escuchar siempre que alguno la necesitara… le fascinaba el rol de coach, de sicóloga, casi que hasta de evangelizadora! Era muy buena compañía.

Sus amigos probablemente más que nadie, vivieron de cerca su sinceridad, que a veces podía hacerla parecer poco compasiva, pero no había duda que siempre decía lo que pensaba.

Era tierna, alegre, divertida y mordaz. No había nadie que se burlara más de sí misma que ella. Quizás mofarse de sus tantas debilidades encontradas, fue una de sus estrategias para superarlas en alguna medida. A través de sus escritos, sus libros y su vida misma compartidos, inspiró al amor propio de las dos caras de la moneda que nos conforman.

Aunque sabía que era un alma que no pertenecía al mundo, le encantaba el taconeo en éste. Era como si tuviera claro que cuando no estuviera más en esta orbe, no podría deleitarse más a través de los sentidos. Por eso podían parecer mundanos sus gustos.  Era seductora, de buen gusto en el comer y en el vestir, disfrutaba de un buen concierto o un espectáculo de danza, de cantar y de bailar, de viajar, de explorar, de correr, de leer un buen libro. Su sensibilidad hacía que pasara, en cuestión de segundos, de llorar de alegría o incluso de una estruendosa carcajada, a llorar por melancolía, ternura o compasión…

Esta alma hoy se reunió finalmente con ese Dios que tanto anheló, y que seguramente la recibió satisfecho del papel jugado, puesto que gracias a ella, Él pudo experimentarse hasta el último día, como apasionado de la vida, al haber hecho uso, sin vacilación, del privilegio humano del deleite de los sentidos y de las emociones, en conjunción con cientos de almas que hoy la evocan…

Acerca de princesschichina

Estoy en mis early-40’s, y por lo pronto pretendo –pues no siempre me resulta fácil ponerlo en práctica- vivir tranquila con mis concepciones de la vida, la función, las relaciones y el amor; concepciones que siento que al afinar y alinear más con mi verdadera esencia, cada vez se parecen menos a las de la gran mayoría de la gente. Rebelde desde siempre. Sin embargo también he visto que cada vez son más, aquellos que empiezan a pensar de una manera más crítica el propósito de su vida en este mundo. Podría decirse que hago parte de un grupo de la población que la 'masa' llamaría 'raro'. Nunca me he casado, y renuncié hace algunos años a una exitosa carrera corporativa en el mundo de las finanzas, para dedicarme a construir un proyecto empresarial en el área del Bienestar. En la función, un giro de ciento ochenta grados originado en un deseo de independencia que desencadenó en una intensa y apasionada búsqueda de libertad en todos los aspectos de la vida. En el amor, soltera, por romántica empedernida. No me voy a transar sino por lo que siempre he soñado. Adentrarme en estos caminos ha exigido grandes desafíos, entre otros, porque me ha tocado buscar paz y equilibrio en el bamboleo de cómo me he movido en este mundo: un sibarita en su búsqueda espiritual! Todo esto ha significado un proceso -vivido con mucha intensidad- de buscar más conscientemente lo que realmente soy en la esencia. Este blog busca compartir ideas y sentimientos en relación con todas estas vivencias, donde sin duda muchos se verán identificados.
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